Más que un escalón: un umbral entre mundos.
En la arquitectura japonesa, el Agari-Kamachi es el elemento que marca la transición entre el exterior y el interior, entre lo profano y lo íntimo.
Es un pequeño escalón elevado, situado en la entrada de la vivienda, donde uno se descalza antes de pisar el espacio interior.
Un gesto cotidiano que expresa respeto, limpieza y conciencia del lugar.
Junto a él, suele encontrarse el getabako, el armario donde se guardan los zapatos.
Todo invita a detenerse, a hacer una pausa y a entrar con otro espíritu.
Una arquitectura que empieza por el ritual del paso.


